Una de las tareas más importantes en el mundo de la alta joyería es la identificación de las gemas naturales. En la gemología del siglo pasado, la identificación de las gemas se llevaba a cabo a través del Trípode Gemológico.
El conocido como Trípode Gemológico se basa concretamente en el uso del refractómetro, del espectroscopio y del microscopio. Tres elementos que tenían la funcionalidad de analizar distintos factores.
La identificación de las gemas por el Trípode Gemológico
El refractómetro
El refractómetro es quién aporta el valor de los índices de refracción de una gema. Su limitación está en que únicamente llega a valores de 1,80, por lo que no se pueden conocer con este método índices de las gemas con una refracción superior.
El espectroscopio
Es quién da el espectro de absorción de las gemas, y se puede emplear tanto en gemas desmontadas como montadas. En este caso es una herramienta manual, por lo que, es importante que la gema cuente con una buena saturación de color y que el ojo que observa esté muy acostumbrado a apreciar este tipo de espectros.
El microscopio gemológico
Gracias al microscopio gemológico se puede obtener mucha información acerca de la gema, como, por ejemplo, el acabado de la talla, la dureza, las inclusiones, los defectos cristalinos…
Actualmente, la gemología del siglo XXI cuenta con métodos mucho más preciosos y sofisticados que nos permiten valorar de forma inequívoca las distintas gemas. Avances y tecnología que se va desarrollando en el mundo de la joyería, y que desde Ramon estamos constantemente aplicando.