RAMON

 

En 1888, el primer miembro de la familia RAMON inauguraba un pequeño taller de joyería. Años más tarde, su hijo, Isidre Ramón, montaba su propio atelier artesanal en Barcelona.

La ciudad condal, era reconocida internacionalmente, gracias a su industria y a los eventos sociales, los cuales hicieron aflorar y crecer sectores como el de la joyería. Una época dorada en la que el taller se consolidaría cómo un referente y que años más tarde tomaría relevo una nueva generación Ramón, esta vez, encabezada por Carlos-Enric Ramón.

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Su calidad y saber hacer, legado de su padre, unido a su empeño y dedicación, lo convirtieron pronto en uno de los joyeros más referenciados de la Barcelona del s. XX. Hasta su taller llegaban encargos de todo el mundo y es que sus manos transformaban los mejores metales y las mejores piedras preciosas, en sublimes piezas de alta joyería, dotadas de una personalidad única.

En la década de los ’80, la cuarta generación de joyeros se integró en el negocio familiar con la idea de hacer crecer la marca hasta convertirla en una firma de prestigio internacional.

Hoy, un siglo después, RAMON Barcelona está presente en las principales capitales del mundo gracias a su esencia, impregnada de pasión, capacidad técnica, sensibilidad, diseño y artesanía.

 

 

Una empresa formada por especialistas en alta joyería que, conjuga tradición y modernidad, alta tecnología y las técnicas ancestrales propias del oficio, para dotar a sus piezas de la más alta excelencia y con sello propio. Una certificación de origen heredada a través de las generaciones Ramón que seguiremos cultivando para estar presentes en los momentos más especiales de nuestros clientes.

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